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am. Lleno el calentador de agua. Lo enciendo con mi dedo. Espero que
hierva por dentro. Coloco el té negro en el infusor. Lo sumerjo. Dejo
que se libere a su ritmo. Lo observo brotando, naciendo. Lo huelo. Lo
sostengo en mi boca lentamente, sorbo a sorbo. Me gusta mucho. Lo bebo
más rápido y me abrasa la lengua. Retomo los sorbos delicados, pacientes.
Entra tan suave a mi cuerpo. Me calienta. Me puede.
~ nadirchacin.com
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